Comentaba en este blog, el pasado 27 de abril, que desde que tengo coche he perdido la escasa pr�ctica adquirida de moverme en transporte p�blico y ahora me sent�a incapaz de tan siquiera detener un taxi en la ciudad para desplazarme en caso de necesidad. Existen diferentes tipos de taxis y no resulta f�cil saber si el que se ve llegar a lo lejos es de itinerario fijo, interprovincial, de tax�metro o clandestino.
He recurrido a un amigo taxista para que me lo explicara. Armado con su santa paciencia me fue desgranando en una carrera en taxi de media hora todas las posibilidades existentes. Voy a tratar de explicarlas. Me equivocar�, porque no estoy en Argel y no puedo comprobar la exactitud de lo que escribo.
Lo que diferencia unos taxis de otros en Argel no es el color del veh�culo, sino la placa colocada sobre el techo. Cuando se trata de una placa m�s larga o situada en un lateral, se trata de un taxi intermunicipal o interprovincial, en Argel llamado entre wilayas. Tienen un itinerario fijo, salen de la ciudad de un punto concreto y llegan hasta un lugar fijo de destino en otra localidad. Act�an a precio fijo, aproximadamente tres dinares el kil�metro. No tienen un horario preestablecido y esperan a completar su ocupaci�n para salir. En general se trata de veh�culos grandes con capacidad para hasta nueve personas.
Los taxis del interior de la ciudad pueden ser de recorrido fijo o de tax�metro. La diferencia est� igualmente en la placa del techo, en la que pone ?taxi?, generalmente en franc�s. Si no recuerdo mal la charla, los taxis de tax�metro llevan la palabra taxi escrita en color rojo. Pese a la existencia del tax�metro, muchos intentan fijar una cantidad con el cliente y no ponen el contador en marcha. Si se trata de un turista, no dudar�n en reclamarle 400 � 500 dinares por una carrera que con tax�metro no cuesta m�s de 70. Algunos recogen otros pasajeros durante el camino, lo que legalmente no pueden hacer. Y a veces se niegan a completar el recorrido si pueden dejar al pasajero en un lugar desde el que tienen m�s sencillo el conseguir nuevos clientes. Su precio viene a ser de entre cincuenta y cien dinares por una carrera de recorrido medio por Argel, mientras que el billete de autob�s cuesta un m�nimo de diez dinares y un m�ximo de veinte, en funci�n de las l�neas y el recorrido.
Los clandestinos suelen ser individuos muy originales y curiosos. En general son muy simp�ticos y tratan de mantener buena relaci�n con los polic�as, que los amparan. En m�s de una ocasi�n, cuando he recurrido a un polic�a para que me consiguiera un taxi, lo que ha hecho �ste ha sido retener a un clandestino y pedirle que me lleve. La mayor�a intentan aprovecharse del extranjero y, aunque sus tarifas son en general m�s baratas no tienen ning�n reparo en reclamar una cantidad muy superior. Su lugar de estancia por excelencia es el aeropuerto de Argel. La mayor�a de los taxistas solicitan ochocientos o mil dinares por realizar el recorrido hasta la ciudad, aunque los hay de seiscientos dinares y tambi�n de mil doscientos cuando el viaje se hace de noche. Los clandestinos suelen aceptar seiscientos dinares, pero intentan empezar hablando de mil y si el viajero no es de Argel y no conoce la ciudad le explican que tiene que pagar otros mil dinares para el viaje de vuelta. Son mayor�a los incautos que pican.
El parque automovil�stico de Argelia es muy limitado. La mayor�a de las familias carecen de coche y en cambio otras cuentan con una flota numerosa, casi un coche para cada miembro de la familia. Son las t�picas desigualdades de los pa�ses subdesarrollados. Son muy pocas las viviendas de Argel que cuentan con plaza de aparcamiento y sin embargo barrios como Casbah, Bab El Wed, Hussein Dey o Wed Koriche, que est�n superpoblados, no sufren de graves problemas de aparcamiento por la noche, a diferencia de zonas como El Biar, Moradia o Telemly, donde hasta la �ltima acera es tomada al asalto por los coches al anochecer. La carencia de veh�culo propio hace que mucha gente se desplace en transporte p�blico, en general muy deficiente. Y el taxi es, curiosamente, el medio preferido por la mayor�a de los argelinos. Su enorme flota no suele resultar suficiente y fuera de la capital es muy t�pico que un taxi sea compartido por dos conductores, el propietario y alguien m�s que lo explota en los horarios m�s sacrificados y en fines de semana, a cambio de un dinero fijo que entrega al due�o del taxi. Esta f�rmula ha sido trasladada a la capital por dos empresas que adquirieron bastantes taxis para crear su propia compa��a de veh�culos cedidos al conductor por una cantidad fija al mes. La experiencia no ha resultado positiva ni para los inversores ni para los taxistas y, aunque a�n persisten ambas compa��as, el n�mero de taxis de los que disponen se ha reducido significativamente.
Con todo, lo mejor para un expatriado es siempre contar con vehiculo propio.
jueves, 22 de mayo de 2008
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