Para tener coche

Para vivir a gsto en Argel es muy importante contar con un coche. S� que lo he dicho y escrito hasta la saciedad, pero me parece tan importante que lo sigo repitiendo. Creo que es el factor fundamental que marca la diferencia entre pasarlo bien y morirse de asco, si se me permite exagerar los t�rminos.

Para quien llega nuevo y ve c�mo se circula por la ciudad, ve las estad�sticas de muertes por carretera y descubre que es much�simo m�s peligroso conducir por Argelia que una excursi�n por las monta�as de la Cabilia (que nadie lo interprete como una invitaci�n al suicidio), o le explican la cantidad de controles de tr�fico de la ciudad y sus alrededores, lo que piensa es que atreverse a conducir por Argelia es una heroicidad. Pero no es cierto. En el fondo no resulta muy dif�cil adaptarse a un modo de conducci�n que es el habitual en el 80% del planeta. Las preferencias en los cruces de carretera no se aplican y hay que limitar siempre la velocidad a cualquier situaci�n que pudiera ocurrir, independientemente de que se viaje por v�a preferente. El riesgo de verdad se encuentra en las carreteras interurbanas, fuera de las ciudades, donde se alcanza velocidades inadecuadas con adelantamientos suicidas.

Lo m�s complicado, de todos modos, es traerse el coche desde Espa�a. La primera de las dificultades con las que se encuentra es llegar con �l hasta Argelia. Podr�a pensarse que se puede vijar con el veh�culo hasta T�nger y luego tirar hacia el este, hacia la frontera argelina. Pero la carretera que comunica Marruecos con Argelia est� cerrada al tr�fico. Esto es, no se puede franquear por carretera el puesto fronterizo debido a las malas relaciones entre ambos pa�ses, cuyas autoridades se preocupan muy poco del da�o que esta situaci�n causa a las localidades cercanas a la zona fronteriza. Con T�nez si hay frontera terrestre abierta, pero no hay medio l�gico de llegar hasta ella si se procede de Espa�a, por lo que la �nica soluci�n finalmente v�lida es el ferry a Or�n o a Argel desde Alicante. Creo que la l�nea Almer�a-Mostaganem tambi�n admite veh�culos, pero no estoy seguro.

Al llegar a Argel el coche es admitido en r�gimen de turista, para una estancia m�xima de noventa d�as. Adem�s, el seguro internacional del veh�culo no es v�lido en argelia, po lo que hay que contratar una p�liza en el mismo puerto para poder sacar el coche de all� y empezar a circular. Quienes van a residir por una per�odo superior a esos noventa d�as pueden solicitar su matriculaci�n provisional como cooperante (matr�culas verdes de c�digo 66) o trabajador extranjero (c�digo 88), pero la legislaci�n actual argelina s�lo deja abierta esta posibilidad para veh�culos seminuevos, mientras que el resto deben estar entrando y saliendo del pa�s cada noventa d�as.

La segunda de las posibilidades es alquilar un veh�culo. Puede hacerse a partir de 30 euros al d�a, aproximadamente, aunque lo normal es pagar unos 50 euros. En general resulta mucho m�s pr�ctico firmar contartos de alquiler para largos per�odos y asegurarse el disponer del mismo veh�culo. Eso evita sorpresas, tanto por un mantenimiento incorrecto como por la carencia de coche justo el d�a que m�s falta hac�a. Si en lugar de alquilar el veh�culo se opta por contratar un taxi por d�as enteros, o a un ch�fer que realice ese servicio con su propio veh�culo, opci�n muy extendida en el pa�s, hay que tener en cuenta que la puntualidad no suele formar parte de las virtudes del pa�s, como lo son la hospitalidad o la cercan�a, de tal modo que un plant�n de vez en cuando est� m�s que asegurado. Y esta posibilidad siempre coharta la libertad de movimientos a la hora de salir de juerga en horario nocturno.

La �ltima posibilidad es comprarse un coche. Un veh�culo nuevo es algo m�s barato en Argelia que el mismo modelo adquirido en Espa�a, pero la calidad y el equipamiento de serie no son los mismos. La ventaja es que su depreciaci�n con el uso es tambi�n menor, as� que se puede utilizar el veh�culo durante un par de a�os y luego venderlo por el 70% de lo que cost�. Desde luego, no recomiendo comprar un veh�culo de segunda, salvo a otro expatriado.