miércoles, 7 de mayo de 2008

Ser mujer en Argelia

Quiero responder en p�blico a una consulta recibida en mi correo privado. Lo hago sin dar pistas, pero creo que el tema merece una respuesta p�blica. S� que no todo el mundo va a estar de acuerdo conmigo, pero en mi blog tendr� derecho a expresar mi opini�n, de la misma forma que publico las de quienes no la comparten.

Son muchos los correos que recibo de gente que me pregunta cosas sobre Argelia, que quieren venir aqu�, que se han echado un novio argelino en otro pa�s, que reciben ni�os saharauis, ... una lista interminable que ha convertido mi direcci�n de correo en un consultorio. Creo que respondo a todos, aunque no estoy seguro de si alguno ha sido confundido con correo basura. Espero que no.

La respuesta que quiero dar por escrito se refiere a alguien que me indica que es mujer, joven, que va a aceptar un trabajo en Argelia y que quiere saber a qu� restricciones se va a tener que someter por el hecho de ser mujer. Pregunta si es mejor ponerse pa�uelo, no ir ala playa, y cosas parecidas.

Yo me niego a aceptar esas restricciones. ME NIEGO.

Primero, legalmente no existe ninguna restricci�n a las mujeres en Argelia. Eso no quiere decir que se produzca una igualdad ante la ley, porque hombres y mujeres no son iguales ante la ley en Argelia. Por poner dos ejemplos, la mujer hereda la mitad que el hombre y se puede jubilar a una edad m�s temprana. Socialmente, en la pr�ctica, s� existe una gran discriminaci�n y presi�n social para comportarse de forma diferente por el hecho de ser mujer. Desde mi mentalidad europea, creo que son las mujeres culpabels de aceptar esa situaci�n al no rebelarse contra el trato diferente, que se justifica siempre en lo que llaman equivocadamente "el respeto". Es lo mismo que se argumenta para no comer en p�blico durante el mes de Ramad�n, cuando el respeto es todo lo contrario, no imponer tu criterio a quien no desea seguirlo.

Estoy personalmente en contra de la llamada discriminaci�n positiva, porque toda discriminaci�n es negativa para el que resulta discriminado. Pienso que agarrarse a las escasas ventajas que la situaci�n actual ofrece en Argelia a las mujeres es contentarse con el chocolate del loro. Yo no soy ni argelino ni mujer, pero si fuera ambas cosas a la vez no aceptar�a que ni la sociedad ni mi familia marquen mi destino. As� lo pienso.

Por eso, a mi lectora del blog, yo le dir�a que considere que muchas mujeres argelinas no se atrever�n por la presi�n familiar y social a dar el paso de comportarse de forma diferente a como su entorno quiere que se muestre. Ella, que estar� de paso, se lo puede permitir aunque le cueste. En su lugar, yo har�a exactamente lo mismo que puede hacer si est� en Espa�a si es algo que un hombre s� se puede permitir. Luchar desde su peque�a atalaya contra la discriminaci�n es un favor que le est� haciendo a muchas argelinas que desear�an hacerlo y no se lo pueden permitir. Es un gesto de solidaridad entre mujeres. Si va a la playa un d�a y usa bikini, se le quedar�n mirando muchos hombres, que son el 95% de los playistas, y le dir�n bastantes groser�as impublicables. Si con su ejemplo se animan a hacerlo m�s mujeres, al siguiente individuo grosero se le podr� contestar de la misma manera o soltarle el tortazo que se merece. Y al final, otras mujeres podr�n tambi�n ir a la playa, como hacen su padre, su marido y su hermano, entre otros.

El mismo ejemplo lo podemos aplicar al pa�uelo en la cabeza. No estoy en contra de su uso, sino de su imposici�n, aunque yo no contratar�a nunca, ni en Argelia ni en Espa�a, a quien lo portara. O al hecho de poder dar un paseo por la noche, acudir a una fiesta o fumar en p�blico. �Costar�? Mucho, sin duda. Pero ninguna conquista es sencilla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perfecto. Completamente de acuerdo con todo lo que has dicho. Y yo tampoco contrataría a quien llevase pañuelo. Se quiera ver o no, es un signo de discriminación.