No sé cuántas veces he contestado ya a la pregunta de si el hecho de ser español resulta peligroso en Argelia, si la gente te mira mal. Y la respuesta que siempre intento dar es la de mi propia experiencia, que resulta muy positiva.
El pasaporte francés no es la mejor tarjeta de visita en Argelia. Los franceses están en general bastante mal vistos. Los argelinos son mediterráneos y por lo tanto presentan esos dos aspectos de su carácter aparentemente tan opuestos de apasionados y hospitalarios. Puede en general mucho más esta última cualidad y tratarán al francés con especial corrección, pero no perderán la oportunidad de decirle lo que piensan. Si se trata de un francés musulmán, con orígenes aparentemente argelinos, todo depende del talante con el que se presente, porque puede generar desde la solidaridad entre hermanos musulmanes hasta el rechazo no carente de un toque de envidia por alguien que ha renunciado a su origen para presentarse como súbdito de otro país.
Pero, en general, cuando un argelino sabe que está frente a un español lo que se le despierta es un sentimiento de simpatía. Los argelinos que han viajado al extranjero conocen especialmente las ciudades de Alicante, Barcelona y Palma de Mallorca. Cuando estas visitas las han realizado en su juventud suelen relacionar España con sus escarceos amorosos de la época, de los que en general guardan bastante buen recuerdo.
Cuando el argelino quiere conocer la procedencia del español muchas veces empieza preguntando si es catalán, o bien una frase casi hecha: ¿Madrid o Barcelona? Y si n se es de alguna de esas dos ciudades lo mejor es indicar la cercanía de la ciudad de origen a alguno de los grandes clubes de fútbol de España. Esa referencia suele ser suficiente e casi todos los casos.
En los ambientes políticos argelinos se ha acogido muy bien estos días que Barcelona haya sido escogida para albergar en su Palau de Pedralbes la secretaría permanente de la Unión para el Mediterráneo. No hubieran hecho ascos a alguna ciudad francesa, porque a los argelinos les encanta viajar a Francia, pero prefieren saber que los franceses no serán los que manejen desde su propia casa los hilos de este organismo que agrupa a todos los países del área mediterránea. Por cierto que mañana sábado se festeja esta elección en Barcelona con una paella popular, una arrossada, al lado de la Catedral y el despliegue por toda la ciudad de centenares de banderas de los 43 países que integran la Unión para el Mediterráneo. Me cuentan que la delegación argelina, que ya ha participado este martes en la fiesta organizada por la Cambra de Barcelona para conmemorar el XXV aniversario de la Asociación de Cámaras de Comercio del Mediterráneo, se muestra como el máximo exponente del euro optimismo y en algunas reuniones ha dado a entender que a medio plazo anhela gozar de un trato similar dentro de la Unión Europea al que acaba de obtener Marruecos, para lo que asume que Argelia debe estrechar más los lazos comerciales con España.
Políticamente resulta muy importante para la estabilidad de nuestra región apostar por un desarrollo de Argelia que lo aleje de las veleidades integristas. Aunque la experiencia turca muestra que el desarrollo no garantiza un alejamento d elos postulados islamizantes, no cabe duda de que la pobreza es un caldo de cultivo para un fenómeno muy peligroso. Para el regimen argelino es indudable que el acercamiento a Europa gaantiza una certa esotabilidad política, más allá de los deseos de una minoría que señalaba en el párrafo anterior.
Personalmente pienso que muchos de estos buenos deseos nunca encuentran el apoyo en los primeros niveles de decisión política, más interesados en mantener una presión constante de cara a preservar los intereses argelinos en la política energética. Y, fuera de estos ámbitos, es en general el desarrollo y la modernización del país la que se ve lastrada por una parte del funcionariado situado en una escala intermedia, en un nivel intermedio de decisión, que individualmente desea mostrar su poder recurriendo a torpedear cuantas acciones de modernización y transparencia administrativa se intentan poner en marcha. Es algo difícil de entender para los extranjeros, que reconozco que me llevó mucho tiempo saber interpretar, porque requiere conocer en profundidad la forma de ser y pensar del individuo, pero como me apasiona el marketing tengo el defecto de observar con otros ojos la reacciones humanas. Además, como los argelinos no gustan de explicar este defecto nacional, cuando me enfado y critico desde una óptica extranjera esta reacción de mostrar la capacidad personal de incidir negativamente sobre algo más poderoso que uno mismo, la mayoría piensa que sencillamente no me entero de nada.
Volviendo a la pregunta inicial, ser español puede estar muy mal visto en un falso control integrista, como ser policía, ser militar, ser mujer y no llevar velo, o simplemente ser cualquier cosa diferente a un fanático terrorista. Por eso, lo mejor es no correr riesgos y no adentrarse por las zonas montañosas del país que se sabe que son peligrosas.
viernes, 14 de noviembre de 2008
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